El Poder del Discurso del Elevador

El Poder del Discurso del Elevador

En el mundo de la comunicación, el *discurso del elevador* se ha convertido en una herramienta esencial para presentarse y compartir ideas de forma rápida y significativa. Pero, ¿por qué se le llama "discurso del elevador"? La idea original proviene de esa breve experiencia que vivimos al subir en un elevador, donde, en tan solo 30 a 60 segundos, se puede entablar una conversación que deje una huella. Se trata de esa oportunidad fugaz en la que, siendo auténtica y directa, puedes mostrar quién eres y lo que ofreces, justo en el momento en que compartes ese pequeño trayecto vertical.

Imagina que te encuentras en un elevador con alguien influyente o con un posible colaborador, y tienes sólo el lapso del viaje para causar una buena impresión. Esa limitación de tiempo te obliga a enfocarte en lo esencial y a comunicar tu mensaje de forma concisa y apasionada, sin rodeos. 

Aunque hoy en día se utiliza en muchos otros contextos —desde ferias de empleo hasta eventos de emprendedoras— la esencia sigue siendo la misma: expresar, en cuestión de segundos, la historia y el valor que llevas dentro. Es una invitación a conectarnos de forma genuina en esos instantes fugaces que, bien aprovechados, pueden marcar el inicio de grandes oportunidades.

Cómo crear un discurso del elevador convincente 

Un discurso del elevador ideal no debe sonar forzado ni mecánico; tiene que ser un reflejo de quién eres y lo que te inspira. Aquí tienes algunos pasos para lograrlo:

1. Preséntate con autenticidad: Di de forma directa quién eres, usando palabras que reflejen tu esencia.

2. Captura la atención de inmediato: Comparte algo personal o un dato que haga brillar tu historia.

3. Muestra tu valor: Habla de lo que aportas y cómo tu experiencia o pasión transforma vidas o espacios.

4. Invita a seguir la conversación: Termina con un llamado a la acción que abra la puerta a un encuentro más profundo.

Hablar desde el corazón y con naturalidad es la clave para que cada palabra resuene, convirtiendo esos segundos en una conexión duradera.

Ejemplo: Jardinería que Transforma Espacios y Almas

Hola, soy Carmen Martínez. La jardinería es mi pasión, mi arte y mi forma de cuidar el mundo. Cada planta que cultivo es un pedacito de vida y amor, una oportunidad para transformar un rincón en un santuario lleno de paz y color. Trabajo cultivando y vendiendo plantas, pensando en cada detalle para que no solo decoren tu hogar, sino que lo llenen de energía y conexión con la naturaleza. Me encantaría compartir esta magia contigo, creando juntos espacios que nutran el alma y celebren la belleza natural."

En este ejemplo, Carmen no solo presenta su oficio, sino que muestra cómo cada acción está impregnada de sentimiento y dedicación, haciendo que su discurso sea tan natural como emotivo

Un buen discurso del elevador es mucho más que una presentación breve: es un momento para conectar, emocionar y ofrecer una puerta abierta a nuevas posibilidades. ¿Podrías desarrollar tu propio Discurso del Elevador?

Comentarios